A continuación un reportaje de El Comercio sobre la situación del Clima y el Cambio Climático.
El futuro de la Tierra bordea el colapso
Los expertos pronostican graves efectos del cambio climático sobre el planeta. Hasta 2050, alrededor de 200 millones de personas se quedarán sin hogar.
Todo parece desalentador. El planeta ya soporta duros impactos ambientales y los cálculos científicos vaticinan que todo se agravará.
Y la responsabilidad se endosa al cambio climático. Eso lo aseguran los científicos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés e integrado por más de 2 000 especialistas) y del Servicio Meteorológico del Reino Unido.
La sequía severa que hoy asfixia a zonas de Paraguay y Bolivia, el paso devastador del huracán Ida por El Salvador, los tifones, las olas de calor... son las huellas más visibles en la actualidad de esta alteración climática.
Científicos como el argentino Osvaldo Canziani lo atribuyen especialmente al incremento de la temperatura de la superficie terrestre en 0,74 ºC, ocurrido en los últimos 100 años.
Y esto será peor si todos los países no ponen un freno drástico a las emisiones de gases de efecto invernadero, entre estos el dióxido de carbono (CO2).
El Servicio Meteorológico del Reino Unido, por ejemplo, advierte que la temperatura aumentará en 4 ºC promedio hasta finales del siglo XXI.
Lo graficó en un mapa que muestra que incluso habrá sitios donde el incremento será de 8, 10 y hasta 16 ºC (ver infografía).
Esto a su vez, ocasionará una serie de impactos lamentables sobre la existencia humana, la biodiversidad y el planeta en sí.
Richard Betts, director de Impactos Climáticos de Met Office Hadley Centre, del Reino Unido, advierte que “la ciencia predice que cabe esperar repercusiones de gravedad en el mundo”.
Se intensificarán las olas de calor y eso aumentará considerablemente la mortalidad y los daños en la salud humana. El Informe de Población Mundial 2009, presentado el miércoles por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), señala que, por ejemplo, crecerá la incidencia de enfermedades trasmitidas por vectores. “Talvez se agreguen millones de personas a las afectadas por el paludismo, dado que el aumento de las temperaturas propicia en lugares de mayor altitud la presencia de los mosquitos que transmiten la enfermedad”, reza el documento.
En ese aspecto, a la Organización Mundial de la Salud le preocupa que los niños, adultos mayores, enfermos y las personas con discapacidades se conviertan en los más vulnerables.
Las regiones del Mediterráneo, África meridional y extensas áreas de Sudamérica, entre estas de Ecuador, sufrirán una reducción de hasta un 70% en el agua de escorrentía (agua de lluvia que circula por la superficie).
Incluso los modelos de cálculo ambiental pronostican una gran reducción del cauce del río Amazonas. Eso ampliará un problema: el riesgo de sequías, aparte de que las especies que habitan en su cauce afrontarán el peligro de desaparecer.
Además de las precipitaciones o de sequías extremas, el retroceso de los glaciares acelerará más el descenso de la productividad.
El investigador uruguayo Mario Bidegain, de la organización Tierramérica, sostiene que “los glaciares de la Cordillera de los Andes se están derritiendo, y en apenas 15 años los más bajos ya habrán desaparecido. Aquello afectará al abastecimiento de agua de las ciudades que los circundan”.
Al respecto, el Informe del Unfpa advierte que para 2075, entre 3 000 millones y 7 000 millones de personas padecerán una escasez crónica de agua.
Y -según el Servicio Meteorológico del Reino Unido- con un aumento de la temperatura en 3ºC la cosecha de los principales cultivos de cereales disminuirá en un 20% en latitudes bajas.
Esto aumentará el riesgo de hambruna para cientos de millones de personas en África subsahariana, de Asia meridional y de Centroamérica. En 2050, la desnutrición infantil afectaría a 24 millones de niños.
Las islas del Pacífico, entre estas las Galápagos; y ciudades costeras como Bangladesh (en el sur de Asia) o Guayaquil serán gravemente afectadas por la subida del nivel del mar y las marejadas. Se prevé que para 2075, un aumento del nivel en 53 cm significará que cada año hasta 150 millones de personas más sufran por las inundaciones.
Al tiempo que empujará a la población a desplazarse para siempre o en al menos de forma transitoria dentro de sus países o a través de las fronteras.
Ni los mares y océanos se salvarán. En el Informe de Ciencias del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, difundido en septiembre pasado, se resaltó la preocupación de los investigadores por la acidificación de las agua marinas. Esto ocurre por la absorción de CO2 en el agua de mar y el impacto que causa en los crustáceos y arrecifes coralinos.
Todo eso finalmente conllevará a una fuerte reducción de los ingresos y en puestos de trabajo en el sector pesquero. Pues la pérdida de arrecifes de coral significará para muchas especies comerciales de pescado quedarse sin su fuente de alimento.
Frente a ese panorama, Free de Koning, experto en cambio climático de Conservación Internacional, sentencia que algunos daños ya son irreversibles y que sin una real reducción y freno a las emisiones de gases de efecto invernadero, estos escenarios pronosticados serán peores.
Glosario básico
El cambio climático denota la alteración del clima de la Tierra a causa de la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero. Entre estos está el CO2, como resultado de la actividad humana.Absorben el calor solar y recalientan la superficie.
El calentamiento global es el creciente aumento de la temperatura terrestre a causa de la excesiva liberación de CO2 y otros gases. Estos forman una capa gruesa que evita que el calor del sol vuelva hacia el espacio.
Gases de efecto invernadero son los que están presentes en la atmósfera terrestre: CO2, vapor de agua, metano, óxido nitroso, clorofluorcarbonos y ozono. Determinan el aumento de temperatura del aire próximo a la superficie.
Adaptación es prepararse para convivir con el cambio climático y encontrar los medios para hacerle frente. Se refiere a cambios en procesos, prácticas y estructuras para moderar los posibles daños o beneficiarse con las oportunidades que este conlleva.
Mitigación se refiere a abordar las causas de cambio climático mediante acciones que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero o contribuyan a eliminarlos. Por ejemplo, con el secuestro del carbono por árboles.
La sequía severa que hoy asfixia a zonas de Paraguay y Bolivia, el paso devastador del huracán Ida por El Salvador, los tifones, las olas de calor... son las huellas más visibles en la actualidad de esta alteración climática.
Científicos como el argentino Osvaldo Canziani lo atribuyen especialmente al incremento de la temperatura de la superficie terrestre en 0,74 ºC, ocurrido en los últimos 100 años.
Y esto será peor si todos los países no ponen un freno drástico a las emisiones de gases de efecto invernadero, entre estos el dióxido de carbono (CO2).
El Servicio Meteorológico del Reino Unido, por ejemplo, advierte que la temperatura aumentará en 4 ºC promedio hasta finales del siglo XXI.
Lo graficó en un mapa que muestra que incluso habrá sitios donde el incremento será de 8, 10 y hasta 16 ºC (ver infografía).
Esto a su vez, ocasionará una serie de impactos lamentables sobre la existencia humana, la biodiversidad y el planeta en sí.
Richard Betts, director de Impactos Climáticos de Met Office Hadley Centre, del Reino Unido, advierte que “la ciencia predice que cabe esperar repercusiones de gravedad en el mundo”.
Se intensificarán las olas de calor y eso aumentará considerablemente la mortalidad y los daños en la salud humana. El Informe de Población Mundial 2009, presentado el miércoles por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), señala que, por ejemplo, crecerá la incidencia de enfermedades trasmitidas por vectores. “Talvez se agreguen millones de personas a las afectadas por el paludismo, dado que el aumento de las temperaturas propicia en lugares de mayor altitud la presencia de los mosquitos que transmiten la enfermedad”, reza el documento.
En ese aspecto, a la Organización Mundial de la Salud le preocupa que los niños, adultos mayores, enfermos y las personas con discapacidades se conviertan en los más vulnerables.
Las regiones del Mediterráneo, África meridional y extensas áreas de Sudamérica, entre estas de Ecuador, sufrirán una reducción de hasta un 70% en el agua de escorrentía (agua de lluvia que circula por la superficie).
Incluso los modelos de cálculo ambiental pronostican una gran reducción del cauce del río Amazonas. Eso ampliará un problema: el riesgo de sequías, aparte de que las especies que habitan en su cauce afrontarán el peligro de desaparecer.
Además de las precipitaciones o de sequías extremas, el retroceso de los glaciares acelerará más el descenso de la productividad.
El investigador uruguayo Mario Bidegain, de la organización Tierramérica, sostiene que “los glaciares de la Cordillera de los Andes se están derritiendo, y en apenas 15 años los más bajos ya habrán desaparecido. Aquello afectará al abastecimiento de agua de las ciudades que los circundan”.
Al respecto, el Informe del Unfpa advierte que para 2075, entre 3 000 millones y 7 000 millones de personas padecerán una escasez crónica de agua.
Y -según el Servicio Meteorológico del Reino Unido- con un aumento de la temperatura en 3ºC la cosecha de los principales cultivos de cereales disminuirá en un 20% en latitudes bajas.
Esto aumentará el riesgo de hambruna para cientos de millones de personas en África subsahariana, de Asia meridional y de Centroamérica. En 2050, la desnutrición infantil afectaría a 24 millones de niños.
Las islas del Pacífico, entre estas las Galápagos; y ciudades costeras como Bangladesh (en el sur de Asia) o Guayaquil serán gravemente afectadas por la subida del nivel del mar y las marejadas. Se prevé que para 2075, un aumento del nivel en 53 cm significará que cada año hasta 150 millones de personas más sufran por las inundaciones.
Al tiempo que empujará a la población a desplazarse para siempre o en al menos de forma transitoria dentro de sus países o a través de las fronteras.
Ni los mares y océanos se salvarán. En el Informe de Ciencias del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, difundido en septiembre pasado, se resaltó la preocupación de los investigadores por la acidificación de las agua marinas. Esto ocurre por la absorción de CO2 en el agua de mar y el impacto que causa en los crustáceos y arrecifes coralinos.
Todo eso finalmente conllevará a una fuerte reducción de los ingresos y en puestos de trabajo en el sector pesquero. Pues la pérdida de arrecifes de coral significará para muchas especies comerciales de pescado quedarse sin su fuente de alimento.
Frente a ese panorama, Free de Koning, experto en cambio climático de Conservación Internacional, sentencia que algunos daños ya son irreversibles y que sin una real reducción y freno a las emisiones de gases de efecto invernadero, estos escenarios pronosticados serán peores.
Glosario básico
El cambio climático denota la alteración del clima de la Tierra a causa de la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero. Entre estos está el CO2, como resultado de la actividad humana.Absorben el calor solar y recalientan la superficie.
El calentamiento global es el creciente aumento de la temperatura terrestre a causa de la excesiva liberación de CO2 y otros gases. Estos forman una capa gruesa que evita que el calor del sol vuelva hacia el espacio.
Gases de efecto invernadero son los que están presentes en la atmósfera terrestre: CO2, vapor de agua, metano, óxido nitroso, clorofluorcarbonos y ozono. Determinan el aumento de temperatura del aire próximo a la superficie.
Adaptación es prepararse para convivir con el cambio climático y encontrar los medios para hacerle frente. Se refiere a cambios en procesos, prácticas y estructuras para moderar los posibles daños o beneficiarse con las oportunidades que este conlleva.
Mitigación se refiere a abordar las causas de cambio climático mediante acciones que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero o contribuyan a eliminarlos. Por ejemplo, con el secuestro del carbono por árboles.
Fuente: El Comercio
Nota: Este blog y su autora no se responsabilizan por la información referida en esta nota del diario El Comercio.