Aún cuando apoyo totalmente el progreso y diversificación de la producción agrícola ecuatoriana, así como el incremento de su valor agregado, no estoy de acuerdo en pasar a consumir vegetales y frutas precocidos y "listos" para el consumo, tal y como se sucede en países europeos o en EE UU. Si bien es cierto que hoy en día es más difícil para una familia poder dedicar tiempo para compartir el almuerzo juntos o para una madre o padre de familia poder dedicar minutos a cocinar desayuno almuerzo y cena, esto no es ni de cerca razón válida para sacrificar tanto la salud de familia como la salud del ambiente que a uno le rodea.
Los habitantes de este país tenemos la gran bendición de disponer de una amplia variedad de frutas a bajos precios y siempre frescas. De igual manera sucede con los vegetales y verduras. Con esto quiero remarcar que efectivamente no tenemos (no teníamos!) la necesidad de comprar todo empacado, precocido, pre-preparado.
Aún me pregunto por qué los padres de familia ahora prefieren comprar jugo (en verdad combinación química de varios líquidos con un pequeño porcentaje de zumo de fruta) envasado en un montón de empaques Tetrapak de solamente 200ml cada uno. Me pregunto por qué comprar plástico, papel y aluminio todo pegado alrededor de jugo casi sintético para alimentar a los niños de la familia.
De igual manera me pregunto por qué comprar mis vegetales y verduras en bandejas de espuma flex y rodeados de plástico y etiquetas de plástico con la, en este caso, irónica e insulza leyenda "orgánico". Por qué es que ahora los padres de familia compran un montón de porciones súper individuales de alimentos cada una en su propio plástico y su propia envoltura en lugar de comprar en una sola cantidad para toda la famlia? No se cuándo empezamos a seleccionar lo artificial antes que lo natural, incluso siendo esto más costoso y menos eficiente.
Les parece esta sencilla y corta explicación algo radical y exagerada? Permítanme explicarles por qué no lo es: de acuerdo al documental/película Plastic Planet, el hecho de que ahora casi todos nuestros alimentos estén en contacto con plástico así como nosotros mismos ha logrado que nuestra propia sangre contenga ciertos componentes del plástico (uno de ellos altera las hormonas) corriendo por nuestras venas. Es decir: todos los días de nuestra vida, desde que nacemos (biberones de plástico) hasta que morimos consumimos pequeñas cantidades de plástico.
Talvez nuestros apreciados amigos europeos y estadounidenses tengan una pequeña excusa o explicación para vivir semejante terrible situación, considerando que sus tierras no son tan ricas como las nuestras. Pero nosotros, ecuatorianos y latinoamericanos, que podemos prácticamente sacar la mano por la ventana, cosechar el alimento y llevarlo a nuestras bocas no podemos ahora adoptar un atroz hábito de consumo que implica todo menos salud.
Al revisar los productos en percha me atreví a preguntar a un señor padre de familia cuántos vasos de jugo obtenía de un paquete de pulpa de fruta de 500 g (PVP 1.97 - 2.05) y me aseguró que 6 vasos y un poco más era el resultado.
Es decir, que ahora los padres de familia consideran que es mejor pagar más dinero por menos producto solo porque está más empacado y emplasticado? Señalo esto porque definitivamente no es el precio y mucho menos la cantidad el factor determinante de decisión de compra, ya que si fuera ese el caso todos los padres de familia comprarían fruta fresca, en el peor de los casos pulpa de fruta empacada o por último jugo en botellas individuales de vidrio.
Cada uno puede sacar sus propias conclusiones, cada uno determina cómo quiere vivir y cada uno decide qué mundo y qué ejemplo dejar a su decendencia.
Yo por mi parte he escogido el respeto. El respeto a mi salud, el respeto al ambiente y el respeto a mi bolsillo ---> Fruta fresca, vegetales frescos y menos plástico!
*Quiero aclarar que éste término se ciñe estríctamente a la definición dada por la Real Academia de la Lengua Española y no tiene vinculación alguna con cierto movimiento/partido político de tendencia inexplicable que gracias a su abuso de esta palabra ha logrado quitar casi toda su validez en el léxico diario del ecuatoriano.